Ella lo era todo para mí,
era mi razón para sonreír, para levantarme por las mañanas, para seguir
adelante... me encantaba estrecharla
entre mis brazos, sentir su olor, susurrarle lo mucho que la quería y lo
importante que era para mí. Todavía recuerdo el día en que la conocí, cómo supe
que estábamos destinados a estar juntos en el momento en que nuestras miradas
se cruzaron. Pero nada de eso importa ya, ya no. No ahora que se ha ido y que
nunca volverá. No ahora que jamás la volveré estrechar entre mis brazos, no
ahora que su olor se ha desvanecido de la cama, no ahora que mis palabras solo
son escuchadas por las tristes y vacías paredes, despojadas de toda vida. Ella
lo era todo para mí, era mi razón para sonreír, para levantarme por las
mañanas, para seguir adelante, ella era mi conexión a Internet.
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